Ya iniciaron los candidatos de los diferentes partidos sus campañas por la Gubernatura del Estado de Veracruz, y esperemos que en sus propuestas presenten lineamientos de políticas de apoyo a las MIPYMES las cuales sean realistas y con posibilidades reales de ejecución. Políticas que incluyan tanto la definición de objetivos y estrategias coherentes con el desarrollo del estado y del país, así como el aprovechamiento de la estructura institucional con que se cuenta para ejecutar esta política. Una política MIPYME que esté enmarcada en una creciente integración de la economía veracruzana al mercado nacional e internacional y el consecuente aumento en la movilidad de bienes, servicios y factores de producción, para esta manera, lograr que las MIPYMES sean competitivas, exitosas y generen más empleos e ingresos, tanto en el mercado doméstico como exterior.
El desarrollo económico y social del estado requiere de la generación permanente de oportunidades de empleo de calidad, en el marco de una economía abierta y el sector de las MIPYMES se reconoce como un sector estratégico debido a que:
· Es relativamente intensivo en mano de obra y tiene requerimientos de capital moderados.
· Presenta una mayor flexibilidad de adaptarse a las condiciones cambiantes de los mercados.
· Genera ingreso de diferentes niveles para una alta proporción de la población.
· En su desarrollo se construye capacidad productiva permanente.
· Genera ingresos a una alta proporción de mujeres, toda vez que al menos la mitad de las MIPYMES son lideradas por mujeres.
Sin embargo, por muchas razones, la contribución del sector al mejoramiento de la competitividad, nivel de ingresos y calidad de vida de los hogares vinculados al sector es todavía muy baja. Dicha contribución mejoraría sustancialmente si un número importante de MIPYMES se crearan y crecieran incentivadas por las ganancias e ingresos del aprovechamiento de un mejor posicionamiento en los mercados y una mayor productividad.
Pero, en la actualidad la gran mayoría de las MIPYMES se concentran en sectores donde la demanda crece muy lentamente, al tiempo que la productividad de las empresas es muy baja. Esta situación se traduce en un bajo nivel de competitividad del sector y repercute en una limitada capacidad sectorial para generar empleo productivo de mayor remuneración e ingresos para una alta proporción de la población. Los factores que afectan negativamente la competitividad de las MIPYMES son múltiples pero se pueden agrupar en las siguientes cinco categorías: i) inadecuado marco de política, institucional y regulatorio; ii) acceso limitado a servicios de desarrollo empresarial y financieros; iii) aislamiento de las empresas en los mercados de insumos, servicios y productos; iv) baja cultura empresarial y; v) deficiente sistema de innovación y difusión tecnológica.
Por esta razón, es muy importante contar con una propuesta de política estatal de apoyo a la competitividad de las MIPYMES que promueva una visión estratégica del sector y establezca un marco de política coherente con otras políticas nacionales; regule y establezca los instrumentos necesarios de integración de esfuerzos y recursos de las instancias públicas, privadas y de cooperación relacionadas con el sector; y adopte instrumentos de apoyo al mejoramiento de la competitividad de las empresas y la mejora de las condiciones de trabajo del sector de las MIPYMES. Una política cuyo objetivo general sea elevar y consolidar la competitividad de las MIPYMES para que puedan insertarse con mayores ventajas en el mercado nacional e internacional y se conviertan en fuente generadora de empleo de calidad e ingresos para sus propietarios y trabajadores.
Produciendo con ello objetivos más específicos como los siguientes:
· Generar un entorno de negocios propicio para el mejoramiento de las MIPYMES y el desarrollo de nuevos emprendimientos a través de un marco de políticas macro, transversales (i.e. educativa, tecnológica, laboral, comercial) y sectoriales y un marco legal e institucional favorable al desarrollo de actividades empresariales.
· Facilitar la transición de empresarios y trabajadores de actividades de baja productividad, rentabilidad y potencial hacia actividades de rápido crecimiento.
· Facilitar el aprovechamiento de nuevas oportunidades empresariales en zonas con potencial de desarrollo.
· Mejorar las capacidades productivas, de gestión y comerciales para facilitar el posicionamiento competitivo de las MIPYMES en los mercados nacionales e internacionales.
· Contribuir a extender la cultura emprendedora y de innovación, respeto al medio ambiente y actitud positiva frente el uso de información y la adopción de nuevas tecnologías productivas y de gestión como herramientas fundamentales para mejorar la competitividad de las MIPYMES.
Todo lo propuesto tendría un gran impacto de corto, mediano y largo plazo y responde a posibilidades reales de ejecución tomando en cuenta las condiciones presupuestales e institucionales del estado. La rapidez con que se ejecute la política dependerá de la agilidad con que estos actores tomen las decisiones y destinen los recursos necesarios para su ejecución.
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