Como todos sabemos, hoy en día los términos “emprendedor” y “microempresario” están muy de moda, sea cual fuere la causa, es innegable precisar que esto no ha bastado, y que es necesario buscar otras alternativas que permeen en la mente de los empresarios empíricos y potenciales emprendedores.
¿Si tienes una idea de negocio pero no sabes como echarla andar? La solución esta en las incubadoras de negocios, quienes te orientan y apoyan desde que tu proyecto empresarial esta en el cascarón hasta que nace y se convierte en un producto fuerte y sano.
Desde el siglo pasado se instalaron en Europa, Asia y Norteamérica; en México aparecieron recientemente y existen 209, las cuales a través del Sistema Nacional de Incubación de Empresas de la Secretaría de Economía han creado más de mil 835 empresas y esperan llegar a una cifra superior a 5000 mil negocios. Este sistema es de cobertura nacional y busca crear más incubadoras, además de fortalecer la interrelación entre éstas para así intercambiar experiencias. En Veracruz se ofrece este servicio en instituciones gubernamentales, universidades, tecnológicos y privadas, como son la Secretaria de Desarrollo Económico y Portuario (SEDECOP) a través de su Centro de Desarrollo Empresarial (CEDEVER); la Universidad Veracruzana por medio del Centro de Incubación y Desarrollo Empresarial, A.C. (INCUBA); la Universidad Anáhuac con su Programa de Liderazgo Empresarial, y la Fundación Pro-Empleo Xalapa A.C., con su Incubadora de Negocios, de un total de alrededor de 30.
Las incubadoras de negocios son un modelo económico que se esta empleando en México con excelente resultados, y el cual esta cumpliendo con el objetivo establecido de fomentar el crecimiento y desarrollo económico del país, que ayuda, apoya y orienta a todos aquellos proyectos empresariales que desean crecer pero que les hace falta ese empujón para convertirse en algo sólido.
Más en específico, las incubadoras apoyan a los empresarios con los asuntos técnicos, financieros, de logística y de mercado de los proyectos. También brindan servicios de asesoría legal y administrativa y aconsejan sobre planes de mercadotecnia, publicidad y relaciones públicas.
Existen varios tipos de incubadoras de negocios. Las hay gubernamentales, privadas y universitarias, y además se pueden separar por el giro al que prestan servicios:
1) Incubadoras tradicionales
- Se enfocan en el comercio y servicios.
- Su implantación es sencilla y prácticamente no requiere de infraestructura tecnológica.
- Por lo general no brindan dinero en efectivo, sino que ofrecen las herramientas para que la empresa arranque y se desarrolle.
2) Incubadoras de tecnología intermedia
- Estas incubadoras incorporan elementos de innovación, por lo que se vinculan con centros de investigación, institutos y grandes empresas.
- Su tiempo máximo de incubación es de doce meses.
3) Incubadoras de alta tecnología
- Utilizan amplia infraestructura física y tecnológica.
- Su tiempo de incubación es mayor.
- Ofrece sus servicios a empresas de software, de información, multimedia, etc.
Para incorporarse a una incubadora se debe concertar una cita para presentar la idea del negocio al representante de la misma, el cual evalúa (generalmente junto con un comité) el proyecto. Es importante que en esta cita se expongan los objetivos y las metas del proyecto y se proporcione la mayor cantidad posible de información para aumentar las probabilidades de que el proyecto sea seleccionado.
El proceso de incubación tiene tres etapas:
- Pre incubación: Dura alrededor de seis meses y es cuando la incubadora le brinda al empresario todo tipo de orientación y ayuda para desarrollar el proyecto.
- Incubación: Durante un año y medio se revisa y se da seguimiento a la implantación, colocación, operación, desarrollo y crecimiento del proyecto.
- Post incubación: Una vez que se ha puesto en marcha el proyecto y que éste ha despegado, se le realizan cambios para asegurar su permanencia y éxito.
Conclusiones:
• Por parte de la incubadora, la asesoría resulta ser bastante más intensiva, basada en la necesidad de cada emprendedor, se realiza un plan de capacitación enfocado a mejorar la implementación de las actividades, capacitando en temas de relevancia para la gestión de su negocio.
• Al fin de la incubación, el emprendedor ha ganado una experiencia tal para enfrentar el ambiente fuera de la incubadora, desarrollando su actividad empresarial en su propio entorno, con una alta probabilidad de perdurar y crecer en el mercado.
• El recibir apoyo de una incubadora de negocios, brinda al emprendedor mayor seguridad a su capital de inversión al conocer el mercado y el producto o servicio en el que se desee invertir, a través de la elaboración de un Plan de Negocios.
• Una vez que la etapa de incubación ha llegado a su fin, es importante que el emprendedor realice una evaluación del comportamiento de la empresa en relación a sus ventas, recuperación de inversión, utilidades y el comportamiento de mercado en el que se desarrolla, lo que le permitirá predecir y en su caso apreciar posibles errores que se cometen en la administración, o bien evaluar las acciones y estrategias empresariales aplicadas correctamente.
Veracruz es el estado que cuenta con el mayor número de incubadoras del país, pero aun hay mucho por hacer y este es un momento coyuntural excelente para que los candidatos a la gubernatura den a conocer en sus propuestas una nueva, real y aplicable política, estrategia o cultura emprendedora que quieran difundir en la sociedad veracruzana, visualizándola como una gran área de oportunidad en la cual debemos redoblar esfuerzos en creación, capacitación, financiamiento, integración y fortalecimiento de las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES), que les permitan integrarse rápidamente al mercado, sobrevivir, generar empleos y riqueza.
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